martes, 18 de octubre de 2011

Dando guerra con la BTT

¡¡Hola de nuevo chic@s!! Por aquí andamos de nuevo. Hoy toca contaros un poquito de lo que hemos hecho este fin de semana.
Como os contaba el otro día con la flaca vamos a descansar un poquito y ahora toca echarse a los montes con la de Btt, aunque lo de los montes es un decir, ya que por aquí no es que haya mucho, y el que hay pilla lejos.
                                                                                                  Mi hermano
El sábado se presentaba una mañana agradable y soleada, por lo que había que aprovecharla en la bici, el recorrido que elegimos no era muy duro, puesto que ya hacía tiempo que no salía con la de montaña. Nuestra ruta se iniciaba desde la ronda exterior a través de la cual llegaríamos al Pinar, pero antes de eso había que recorrer un camino que tiene unos pequeños monumentos conocidos como Las Arcas Reales, que son captaciones y conducciones de agua del siglo XVI, su objeto eran el abastecimiento de la ciudad. Su historia se remonta a 1440, época de Juán II siendo concluida por Felipe II en 1589. Está declarado Monumento Histórico-Artístico nacional desde 1982. Aunque desgraciadamente su estado de conservación en algunos puntos es un poco lamentable.
                                                                                                  Arca Real
A través de este camino y carretera llegamos al Pinar de Antequera, auténtico pulmón de Valladolid, un pinar de una extensión enorme en el que abunda el pino piñonero, pino resinero, monte bajo con encinas y en cuanto a la fauna abundan conejos, liebres, zorros, aves rapaces y algún que otro corzo. Este pinar es un auténtico hervidero de gente durante todo el año, ya que es el lugar elegido por muchos vallisoletanos bien para pasar la tarde, bien para hacer deporte. 
Los amantes de la bici disfrutamos bastante por este sitio ya que está lleno de caminitos que te van dando multitud de posibilidades, y la única dificultad que nos podemos encontrar son los típicos cortafuegos y los caminos arenosos, aunque recientemente han realizado una poda y muchos caminos han terminado trillados por las máquinas, esperemos que cuando llueva se asienten un poco...

La extesión del pinar le hace llegar hasta Simancas, una vez allí, y al lado justito de su puente romano sale un camino que recientemente se acondicionó como parte del recorrido del curso del Duero. Este tramo tampoco tiene ninguna complicación y se puede rodar perfectamente por él, si que hay que tener la precaución, como nos pasó a nosotros, de que te puedas cruzar con algún vehículo o tractor que venga o vaya a las fincas colindantes. Este camino es bonito porque se va viendo el río a la derecha.
A mitad de ruta llegamos a PuenteDuero, como recordareis nuestro lugar de avituallamiento, así que ¡¡era lo que tocaba hacer!! Y nos tomamos una coca cola bien fresquita, acompañada de unas cañitas de chocolate, y es que había que reponer fuerzas, je,je,je...
Una vez terminado nuestro avituallamiento continuamos marcha ya para casita, para ello nos volvimos a meter en el Pinar hasta encontrarnos con la vía del AVE, desde la cual y en un camino paralelo a ella llegaríamos de nuevo a Valladolid. En total no había salido casi 45 kms que no estuvieron mal.

Para el domingo la ruta cambiaba un poquillo, aunque salimos de nuevo por el pinar, esta vez en Simancas nos ibamos a desviar hacia los llamados Montes Torozos, una de las pocas elevaciones que presenta nuestra provincia.
                                                                                           Montes Torozos
Por esta zona discurre uno de los tramos que forman parte del Camino de Santiago madrileño, el que va de Simancas hasta Cigüñuela, por aquí el terreno deja de ser planito para formar un contínuo sube y baja, con repechos no muy duros, pero que te van castigando poco a poco, aunque para llegar a Cigüñuela hay un tramo que la pendiente alcanza el 19%...
 ¡¡Bueno!! después de sufrir un poquito ya nos encontramos en Cigüñuela, a buen seguro que no será el pueblo más bonito de Valladolid, pero para nosotros es el mejor, ya que es el pueblo donde nació nuestra madre y allí tenemos bastante familia, además que en nuestra infancia hemos pasado momentos muy muy buenos. Lo más destacable del pueblo es la iglesia de San Ginés, construida en el siglo XVI, cuya torre es conocida como la Giralda de los Torozos, en el interior de la iglesia se guarda la talla de un Cristo crucificado que participó en la primera edición de las Edades del Hombre. 
                                                                Cigüñuela y su torre
Una vez realizada la parada de rigor para abastecernos de agua y saludar a algún familiar reanudamos la marcha por un tramo de carretera, nada más salir del pueblo hay que coger la carretera que lleva a Arroyo, donde al coronar sale un camino que nos llevará cerca de Villanubla, ahora estamos arriba del páramo y el aire se deja sentir en todo su esplendor, aunque afortunadamente hoy no pega fuerte. Por una serie de caminos, en bajada, donde tuve que tener precaución porque mi freno trasero no estaba muy boyante, llegamos hasta Zaratán, pueblo conocido por sus salchichas, aquí tocó hacer una pequeña parada para solucionar un problema mecánico, una vez solucionado continuamos nuestra marcha por caminos rompepiernas hasta Arroyo donde nos encotramos con las obras de Ikea, y de ahí a casita por carretera sin mucha más historia.
Al final nos salieron 53 kms que en algún momento se me hicieron durillos, pero que estuvieron muy bien. 
                                         Aquí estamos, camino de Ciüñuela, por el Camino de Santiago.

¡¡Hasta la próxima!! 

1 comentario:

  1. Ale Fernando, que nos lo pasamos bien eh? La próxima vez subimos la Barguilla en plato grande!!! jejeje

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