lunes, 6 de mayo de 2013

Fin de semana asturiano

Hola chic@s!!

Este fin de semana tocaba visita por tierras asturianas, el motivo no era otro que participar en la XXII Marcha Cicloturista Villa de Gijón, que este año homenajeaba a Marino Lejarreta. Bueno, eso y pedalear de nuevo junto a mi buen amigo Lolo...
Partí prontito de Valladolid, acompañado de mi chica y con la baja de última hora de mi hermano, debido a que mi sobrinilla se puso malucha... El sábado fue un día en el que tuve la fortuna de conocer a Raúl, hermano de Lolo, y a Josefa, su madre, un día en que nos trataron exquisitamente y a cuerpo de rey, donde no nos faltó para comer un buen plato, bueno, yo dos, jejejeje... de fabes que estaban buenísimas, con todo su compango y como postre un plato de arroz con leche que me supo a gloria, y es que como no soy goloso ni nada... y eso sin olvidarse de los famosos quesos asturianos que teníamos como entrantes. ¡Todo delicioso!
La tarde fue más o menos tranquila, paseito, recogida de dorsales, visita al mirador de La Providencia, un sitio chulísimo y con unas vistas preciosas de Gijón, regreso al hotel, paseito con mi chica, cenita y a dormir que tocaba madrugar un poco.
El domingo nos amaneció un día soleadísimo y con buena temperatura, y eso que daban nublado, así que una vez vestido de romano paso Raúl a recogerme y caminito de la salida, en el polideportivo de Las Mestas.
Allí nos esperaban Lolo y Jorge, y donde eramos algo más de 300 cicloturistas esperando que comenzase la prueba, que se inició pasadas un poquito las 9,30 h.
Salimos en dirección Tabaza, Candás, Luanco.. por unas carreteras bien asfaltadas, con contínuos sube-baja, por unos valles muy bonitos y con unas vistas muy chulas, bien de la costa, bien de la Cordillera Cantábrica o de la Sierra del Aramo con sus cumbres nevadas. El ritmo que se llevaba era bastante asequible, ya que un coche de la organización iba controlando la velocidad y de vez en cuando se aflojaba más o se hacía una pequeña parada para reagruparse, me hubiese gustado un pelín más de velocidad, pero sinceramente, no se iba mal, se disfrutaba del día, de la compañía, sin nervios de caidas y todo eso, hubo gente que se quejó y dijo que para el año que viene no volvía, allá ellos, para eso están las categorías master...
Después de una buena subidita por la zona de Verdicio, en la que adelantamos a Marino, jejeje... llegamos a San Martín de Podes, donde estaba el avituallamiento, todo muy bien organizado, con fruta, bollitos y bebida de sobra y un sitio ampliopara que no estuviésemos apretados.

Desde aquí el recorrido era más suavecito con algún repechillo que otro, pero en el que la gente iba más tranquila, más conservadora que en la primera parte, lo que antes se subía en plato ahora en el pequeño y piñones altitos, y es que se ve que la gente se estaba preparando para la guinda final de esta marcha, la subida a Huerces, era opcional, una subida de 3 kms duros, muy duros, con porcentajes muy altos, que oscilan entre el 12% y el 18% de algún tramo, donde "los descansillos" como decía un paisanín son tramos al 8%... A puntito estuve de darme la vuelta, subía dando chepazos, casi a tope de pulsaciones, 186 ppm llegué a alcanzar, y preguntándome que ganas tenía de sufrir... pero si algo tengo es que soy bastante durillo de cabeza y suelo ser muy sufridor, así que nada, dando chepazos para arriba que tiramos, arriba me esperaban Raúl, que sube muy bien el jodío de el, y Lolo que me había sacado unos metrillos de ventaja, después de echar un traguillo de agua y disfrutar de las vistas sólo quedaba subir un pequeño repecho y ya todo cuesta abajo hasta Gijón, vamos, que coser y cantar, una bajadita tendida y tranquila, amenizada con una buena charla con mi compi Lolo hasta Las Mestas nuevamente.

Aquí venía lo mejor del día, el que quisiera tenía la opción de ducharse, la entrega de trofeos y la espicha, con su sidra, su chorizo, costillas, queso, jamón... Vamos, un buen refrigerio para recobrar las fuerzas gastadas a lo largo del día.
También aquí nos hicieron entrega del recuerdo de la marcha, un trofeillo muy majete, y donde también aprovechamos para hacernos la foto con el gran Marino, ¡¡no veais la planta que conserva el tío encima de la bici!!
Despúes de todo esto, lo peor, despedirse de la gente, pero con ganas de volver a vernos prontito, bien en tierras asturianas, bien en tierras vallisoletanas, y con algún proyecto de otra marcha en mente, y es que cuando pedaleas en buena compañía cualquier momento te sabe a poco... Así, después de las despedidas y del paseito por el Paseo Marítimo no quedaba otra que volver a casa, no si antes parar arriba del Pajares y hacer una foto de una de mis vistas preferidas, Asturias desde el Pajares.
Hasta pronto chic@s!!


1 comentario:

  1. La verdad que si hay un dicho que refleja la verdad es que lo bueno dura poco.Semanas preparando la marcha para que pase en un plis,pero bueno me parece que en unas cuantas vamos a vernos jejejeje.
    Fue un placer dar pedales con un tio que tiene una conversacion mas alla del futbol y del tiempo,la pena no haber estado el equipo completo,el cabronazo de Alfredo ya no sabe que inventar pa no subir Huerces jajajajaja.
    Salud y un abrazo,el equipo astur-pucelano esta de moda

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