Por aquí me tenéis de nuevo, intentando reengarcharme al blog, que le tengo abandonadísimo lo se, no hay excusas que valgan, soy un dejado y punto...
Voy a retomar mi bitácora particular con algo habitual estos últimos años, la salida de final de temporada que solemos hacemos mi hermano Alfredo y yo. Siempre la realizamos fuera de nuestras rutas habituales de pedaleo, y normalmente por la provincia de Segovia, ya que está cerca y nos ofrece bonitas rutas. Pero esta vez vamos a mezclar un poquito, saldremos de la provincia vallisoletana y rodaremos bastante tiempo por la segoviana...
El inicio de nuestra ruta es uno de los pueblos más bonitos y conocidos de la provincia de Valladolid, en concreto Peñafiel, pueblo famoso por su esbelto castillo, considerado una de las construcciones más bellas del medievo español, por su rica gastronomía y por sus afamadas bodegas, pertenecientes a la D. O. Ribera del Duero.
Castillo de Peñafiel |
Peñafiel tiene también otras visitas dignas de perder un poco de tiempo en ello, tales como la Plaza del Coso, documentada desde la Edad Media, y que en las fiestas patronales pasa a convertirse en plaza de toros, la Torre del Reloj, el Convento de Santa Clara, el cercano yacimiento de Pintia,
otras más construcciones religiosas y civiles que amenizarán nuestro paseo.
Plaza del Coso |
Cuevas de Provanco |
De esta manera llegamos a Cuevas de Provanco, un bonito pueblo, situado en la ladera de un cerro, en cuya cima se encuentra la iglesia parroquial, las calles son estrechas y empinadas y algunas casa todavían conservan un aire medieval, en este municipio segoviano nace el río Botijas, esto hace que tenga un bonito entorno natural, que puede ser contemplado perfectamente desde la subida que comienza a la salida del pueblo, una subida larguilla, con un asfalto bastante deteriorado, y unos porcentajes nada desdeñables, siempre superiores al 6% y llegando en algunas zonas a alcanzar los dos dígitos, una subida que con calor se hará pestosilla, pero que sólo por disfrutar del paisaje ya merecerá la pena... Una vez que hemos coronado, y tras una bajada peligrosilla por el mal estado del asfalto, llegaremos a Sacramenia, estamos de lleno en las tierras de la Comunidad de Villa y Tierra de Fuentidueña, Sacramenia es conocida por la buena mano a la hora de cocinar los típicos lechazos castellanos.
Fuentidueña |
Nuestro siguiente destino en el camino sería la Villa de Fuentidueña, declarada Bien de Interés Cultural, en categoría de conjunto histórico, Fuentidueña alcanzó su época dorada en la segunda mitad del siglo XII y durante el siglo XIII, pero a partir del siglo XV, debido a la pérdida de su función militar y administrativa, comenzó su declibe, esta Villa también merece la pena un paseo por sus calles para contemplar sus antiguos edificios, su muralla y toda la vega del río Duratón.
Para salir de Fuentidueña, siguiendo nuestra ruta, nos encontramos con otra tachuela, no muy larga, pero que empieza con fuerza, ya que nos encontramos con un par de curvas con un porcentaje del 15% y que nos hará apretar los pedales para salvarlas, luego el porcentaje ya baja y se mantiene sobre el 7%.
Ya desde aquí casi todo irá picando hacia abajo, llegaremos a Calabazas, luego, por una carretera estrecha y muy picada, todo cuesta abajo, llegaremos a Laguna de Contreras, donde enfilaremos, tras atravesar Rábano, dirección a Peñafiel por una carretera ancha y muy bien asfaltada, y donde seguramente podremos ver algún buitre volando por los alrededores.
Una vez en Peñafiel siempre tendrémos la opción de acabar nuestra ruta en lo alto del castillo, pero nosotros lo dejamos para mejor ocasión, ya que nuestras chicas nos estaban esperando para comer y dar el posterior paseito por Peñafiel.
¡¡Hasta pronto!!